domingo, 11 de mayo de 2008

Fapypec, la editorial de la que ya empieza a hablarse

Hace unos quince días, mediaba abril, se puso la primera letra de una editorial sin ánimo de lucro para el Barrio Puerta de Madrid. El último día de abril se presentaron, de repente, los dos primeros libros: Sana Ndiaye y cien más, y Papelmiro y Lapizpongo se presentan. A veces las autoridades se pierden las grandes ocasiones. Esta ocasión era tan pequeña, tan poco fastuosa, que las autoridades no sospechan la trascendencia que va a tener, de modo, sí, que se perdieron una golosina de emoción no acudiendo al brindis, en el que sí estuvo un entrañable grupo de personas de la ciudad con las que Fapypec, así se llama la recién nacida, ha empezado a intercambiar miradas de divertida complicidad y hurras de entusiasmo.

Fapypec (Formas de Arte Práctico y Procesos de Estética Comunitaria) es una utopía que, sin embargo, tiene los pies tan en la tierra, que le gustan los hormigueros. Se sabe que una hormiga es un ser tan indefenso que, sola, está a merced de la primera complicación simple, de la primera insignificante prepotencia con la que se cruce; pero cuando es hormiguero, el hormiguero se atreve con sutiles proyectos y resuelve complejísimos problemas de vivienda, de túneles, de impermeabilización, de aprovisionamiento, de alimentación, de administración de excedentes, de defensa, de cuidado y protección de las criaturas más débiles de la colonia... Fapypec es la editorial del barrio Puerta de Madrid que toma como pauta para su desarrollo la “estrategia del hormiguero”, porque su utopía tiene los pies en el suelo; la “estrategia de la colmena”, porque no renuncia al vuelo; e incluso la “estrategia del caracol”, porque lleva su casa a cuestas, pues promovida por CAJE y los Navegantes del Palomar, con unas miguitas que quedan en el mantel del presupuesto Municipal, empieza a recorrer sus veredas de sutil himenóptero congregado con un potente grupo de emigrantes africanos del piel negra, y unos niños y niñas.

Como los nómadas y los niños, Fapypec avanza con lo puesto, pero muy atenta a la metáfora y a los presagios, la conjunción de circunstancias de su nacimiento es alentadora: como las adultas hormigas la tinta es negra, y negros los autores adultos que empieza a publicar; pequeñas son las letras, y son niñas y niños el otro grupo que publica; brota en Alcalá de Henares, ciudad de libros por excelencia; y, en fin, para más suerte astral, no hubo el ringorrango que inevitablemente acompaña a las autoridades, sino purísima sencillez en su vivísimo bautizo.


Milafina&Azarrias