martes, 17 de marzo de 2009

Algunas piezas de Las Viajeras



Fotos de Juan Luengo y Mercedes Gutiérrez

Una numerosa inauguración



El pasado 11 de marzo tuvo lugar la inauguración de la exposición Las viajeras de sí mismas en La CASA (Central de Arte Social Aplicado). A pesar de la coincidencia con los actos programados en recuerdo a las víctimas del 11-M, la nueva propuesta desde nuestro centro artístico tuvo un amplio respaldo.


Al acto acudieron las protagonistas principales, las mujeres del grupo Los lunes al sol, que se reúnen semanalmente en el Centro de Salud Puerta de Madrid y que son las verdaderas creadoras de la muestra. Estuvieron arropadas por un gran número de profesionales de la salud, ámbito del que surgió la propuesta. Entre ellos se encontraban las principales responsables del Área 3 de la Comunidad de Madrid y algunos trabajadores del centro del barrio y de cercanos.

El Ayuntamiento también tuvo su representación. Junto con los distintos grupos políticos que acudieron al acto, o justificaron su ausencia, la responsable de la Concejalía de familia, salud y servicios sociales, Isabel Ruiz, hizo un elogio al proyecto y se ofreció a la publicación de algunos de los trabajos resultantes del mismo.

Muchas de las entidades alcalaínas no quisieron perderse el acto, como en ocasiones anteriores: Las Naves, Servicios Sociales el Ayto., trabajadores sanitarios, la oficina de cooperación de la Universidad y profesionales de la salud municipal.


La exposición estará hasta el 7 de abril (Día mundial de la salud), de 18 a 20 h.; también se podrán concertar citas.

jueves, 12 de marzo de 2009

Las viajeras de sí mismas

Un grupo de mujeres que reflexiona sobre malestares de la vida cotidiana se reúne todos los lunes a partir de las 11 de la mañana, desde el 13 de octubre de 2008, en la soleada sala 22 del Centro de Salud “Puerta de Madrid”, de Alcalá de Henares. Cada una llegó a este espacio de mujeres o porque estaba cansada sin saber por qué, o porque no dormía lo suficiente, o porque las personas del entorno no la valoraban, o porque no sabía cuidarse, o necesitada de relajación...

Una vez que echó a andar, el grupo fue configurándose como una gigante centimana, o sea, como un organismo dinámico con tantas cabezas y tantos brazos como mujeres lo forman, dispuesto a enfrentarse a la vereda envolvente y laberíntica que traza “Amarga Cotidianidad”; oscura, además, como el camino del fuerte Gilgamés.

El azar ha querido que la reflexión sobre los malestares de la vida cotidiana suceda en el femenino día de la Luna y en una sala que da al Sol —derrota de lo lóbrego—. El organismo centimana que hace la reflexión, el grupo de mujeres, se ha puesto, por estas circunstancias, el claro nombre de “Los Lunes al Sol”; y para combatir los trechos de cutiana negrura, se alumbra con la linterna del interés amistoso por las personas y las cosas, que es una variante del cariño; y para cegar las fuentes psicológicas de la desgracia, busca el secreto de la felicidad en que sus intereses sean lo más amplios posible y que sus reacciones hacia cosas y personas sean amistosas en vez de ser hostiles, como propone el filósofo Bertrand Russel.

Las Centimanas “Lunes al Sol” —se deja traslucir en lo que va escrito—, reivindican para ellas y para toda mujer ama de casa, popular, el ejercicio de trabajos intelectuales; poder decir “voy a trabajos intelectuales” con la misma naturalidad con que se comenta: “voy a un taller de trabajos manuales”. Entienden que el trabajo intelectual amplía el horizonte de la persona y permite atravesar y trascender con botas de siete leguas las asfixiantes arenas de cualquier desierto interior.

La Centimana “Los Lunes al Sol” para trabajar intelectualmente sigue este consejo que nos da el poeta José Ángel Valente, porque “el cerebro es una extraña máquina”, dice Russell otra vez, “que puede combinar los materiales que se le ofrecen de las más asombrosas maneras”.

La Centimana “Los Lunes al Sol” os invita a ver en su exposición Viajeras de sí mismas: Una reflexión sobre malestares y sobre el equilibrio y la salud personales cómo combina sentimientos y materiales su cerebro “hecatonquírico”, cómo enseña sus cosas y lee sus escritos al vecino, cómo los arroja luego feliz a la sala que es el sumidero, o sea, el resumido de su primera aventura intelectual.

Los Navegantes del Palomar